GUION PARA HACER TITERES EN LA ESCULA O FAMILIA
La herencia
La escena se desarrolla en un mundo lleno de animales, se abren
las cortinas del teatrillo y se ve aparecer al toro y a la vaca conversando.
Toro: Y qué…-¿Te has
enterado de la noticia?
Vaca: -¿Noticia, qué
noticia?. Yo nunca me entero de nada.
Toro: He oído que el gato
ha heredado.
Vaca: -¿Cómo?
Toro: Sí, sí, -¿Te acuerdas
de su tía Enriqueta?.
Vaca: Sí, esa que era
millonaria y vivía en Florida.
Toro: Esa, esa, pues parece
ser que se ha muerto y le ha dejado toda la pasta.
Vaca: Pues sí que va a engordar, macarrones,
tallarines, lacitos…
Toro: -¡Qué no, qué no me
refiero a ese tipo de pasta!. Le ha dejado todo su dinero.
Vaca: Madre mía, pues
entonces habrá que ir a visitarle y ayudarle a gastarse toda esa pasta -¿No
crees?, jajajajajajaja.
Ambos se marchan riéndose, mientras aparece en escena el
Cangrejo, narrador de la historia.
Cangrejo: Pues ya
lo habéis visto, el gato parece ser ahora un gran millonario y todos parecen
querer ser sus amigos, -¿Qué os parece?. Ahora me voy, viene alguien.
EL Cangrejo se va mientras entran en escena el León Y el
Elefante.
León: Y a ti -¿Qué te
pasa?.
Elefante: -¡Ah,
perdona no te había visto, estaba pensando!
León: -¿Pensando, en qué?
Elefante: Pues en
cómo hacerme amigo del gato, ahora que tiene dinero tengo que aprovechar.
León: Pues no creo que
quiera ser tu amigo, siempre lo estás incordiando con esa trompa larga que
tienes.
Elefante: Sí, es
cierto que me encanta fastidiarle, sobre todo cuando está durmiendo.
León: Aunque me has dado
una idea, podemos ir a verle y probar a ver si lo conseguimos.
Elefante:
-¡Estupendo, vamos, no quiero perder la oportunidad!
Ambos se marchan juntos, y el amigo Cangrejo aparece de nuevo.
Cangrejo: -¿Lo
veis?, -¡Qué barbaridad! Ahora todos intentan acercarse al gato cuando antes
pasaban de largo, el saber que tienen dinero los está trastornando, por cierto,
por ahí llega el príncipe rana, a ver qué le parece todo esto.
La Rana entra en escena
Rana: -¡Ehhhhhhhhhhh, hola
amigo tenazas! -¿Qué haces aquí tan solitario?
Cangrejo: Aquí con
unos amiguitos (señala al público) contándoles lo del gato y su dinero.
Rana: -¿Dinero? -¡Qué bromista, el gato es
más pobre que los mendigos del barrio!
Cangrejo: -¡Qué
nooooooooo, qué ha heredado y ahora tiene más dinero que…que…que…túúúúúúúú!
Rana: -¡No es posible!
Cangrejo: -¿Es que
no te alegras por él?
Rana: -¿Alegrarme? Todo lo
contrario, he de encontrar la forma de quitárselo, nadie puede ser más rico que
yo aquí en mi reino.
Se marcha enfadadísimo dejando al Cangrejo pensativo.
Cangrejo: Pues ya
lo veis, creo que el pobre gato no conseguirá tener ni un amigo verdadero, pero
mirad y estar atentos porque creo que viene por allí.
EL Cangrejo desaparece y entra el Gato cabizbajo y muy triste.
Gato: (Mira
al público) Ah, hola, -¿estás ahí? Perdonad no os había visto,
estoy algo distraído. Seguro que sabéis por qué y si no yo os lo digo, pues
nada que yo sólo quería tener amigos y me inventé lo de mi tía Enriqueta, pero
ahora todos piensan en el dinero y no en mí -¡Qué tristísimo estoy! (Llora)
Mientras llora aparece el Erizo
Erizo: Ehhhhhh, Don gato
-¿Qué es lo que te pasa?
Gato: Nada , seguro que ya
lo sabes.
Erizo: -¿Enterarme, de qué?
Yo venía a invitarte a merendar y como sé que no andas bien de dinero pago yo.
Gato: -¿Lo dices de verdad,
así que tu ofrecimiento es sincero?
Erizo: Pues claro, yo tampoco tengo muchos
amigos, por eso de las púas dicen que pincho todos los balones y no quieren
jugar conmigo así que pensé que tal vez tú…
Gato: -¡Es fantástico!
Siempre quise tener un amigo con el que compartirlo todo y ahora mi sueño se ha
cumplido, no te doy un abrazo porque tus púas me impresionan, pero sabes algo,
creo que esto es el comienzo de una gran amistad.
Erizo: -¡Yo también lo creo!
Ambos se marchan muy contentos, aparece el Cangrejo.
Cangrejo: Pues ya
lo habéis visto, espero que hayáis aprendido que lo importante de alguien no es
el dinero, ni de qué color sea, ni de dónde venga, lo importante es él mismo.
Hasta pronto chicos-as, seguro que volveremos a vernos.
GUIONES PARA TITERES: EL GUSANITO
El gusanito
Autor de esta adaptación: José Luis García
Autor de esta adaptación: José Luis García
(Estamos en mitad del campo.
A nadie se ve. Entra Gusanito que se arrastra por el suelo, lentamente).
(Cada vez que el Gusanito
entra en escena, la atraviesa en su totalidad y sale por el extremo opuesto al
que entró).
(Cuando lleva un rato con su avance, y desde el otro extremo entra Saltamontes,
que se acerca al primer personaje).
SALTAMONTES.-
Hola pequeño, -¿hacia dónde vas?
GUSANITO.-
Anoche tuve un sueño.
SALTAMONTE.-
No está mal para ser un gusano. -¿Y…?
GUSANITO.-
En el sueño estaba en lo alto de la gran montaña y veía todo el valle. Fue todo tan bonito, que he decido ir hasta la montaña y realizar mi sueño.
SALTAMONTES.-
Estás loco, pequeñajo; la gran montaña está muy lejos y tu eres diminuto.
GUSANITO.-
(Comienza a caminar de nuevo).
Llegaré si me esfuerzo lo suficiente.
SALTAMONTES.-
-¿No te das cuenta de que es imposible? Una simple piedra será una montaña inmensa y un agujero en el suelo será un valle imposible de cruzar.
GUSANITO.-
Tengo que intentarlo.
(Sale Gusanito).
SALTAMONTES.-
-¡Estás loco, gusano!
(El Saltamonte sale por el centro).
(Vuelve a entrar el Gusanito, lentamente).
ESCARABAJO.-
(En off, cuando Gusanito lleva un rato con su acción de avanzar).
-¿Se puede saber a dónde vas?
GUSANITO.-
Hacia la gran montaña.
(Entra el Escarabajo).
ESCARABAJO.-
La gran montaña, es muy grande y está lejos, muy lejos.
GUSANITO.-
Tuve un sueño y en él yo llegaba a la gran montaña.
ESCARABAJO.-
Los sueños, sueños son; gusano loco.
GUSANITO.-
Prefiero ser loco que estar todo el día con la cara hacia abajo. Adiós escarabajo.
(Sale Gusanito).
ESCARABAJO.-
-¿Y qué tiene de malo mirar hacia abajo? Así ves lo que está en el suelo.
(Mira en la dirección en la que salió el gusano).
Pobre gusanito loco.
(Sale por el centro).
(Entran una Rana y el Saltamontes).
RANA.-
No te puedo creer.
SALTAMONTES.-
Yo salto y salto, pero nunca miento, ni lo intento.
(Entra Gusanito, con su esfuerzo, y se le ve más cansado).
Mira, ahí viene.
RANA.-
(Que se acerca a Gusanito).
-¿Es cierto que quieres llegar a la gran montaña para poder ver todo el valle?
GUSANITO.-
Ese es mi sueño.
SALTAMONTES.-
-¿Está loco o no lo está?
RANA.-
Nunca llegarás. Eres más pequeño que yo y yo jamás lo he intentado.
GUSANITO.-
Y si no lo has intentado, -¿cómo sabes que no llegaré?
SALTAMONTES.-
-¿Te dije o no te dije?
RANA.-
No lo he intentado porque soy razonable.
GUSANITO.-
Dejadme. Es mi sueño.
(Sale Gusanito).
RANA.-
Mi sueño es comerme una mosca tan grande como un saltamontes.
SALTAMONTES.-
-¿No querrás comerme, verdad?
RANA.-
No eres una mosca.
SALTAMONTES.-
Pero soy tan grande como un saltamontes.
RANA.-
Porque eres un saltamontes.
SALTAMONTES.-
Como intentes comerme, te monto una plaga.
RANA.-
Me estás dando sueño.
SALTAMONTES.-
-¿También tu tienes un sueño?
RANA.-
(Qué ríe).
Esa si que es buena… -¡Un sueño!
SALTAMONTES.-
(Ríe. Imita al Gusanito).
Dejadme. Es mi sueño.
RANA.-
Que se convertirá en su pesadilla.
(Salen ambos con sus risas).
(Entra Gusanito que avanza por la escena hasta llegar al centro de la misma, lugar en el que se detiene un instante).
GUSANITO.-
Estoy muy cansado… Muy cansado. Debo seguir. Mi sueño es mío y prefiero morir antes que dejar de intentarlo.
(Sigue avanzando hasta que sale de escena).
(Durante un tiempo en el que la escena permanece vacía, suenan truenos y si existieran posibilidades técnicas la escena se iluminará, como si resplandecieran los rayos en ella).
(Entran Rana y Saltamontes).
RANA.-
-¡Menuda tormenta!
SALTAMONTES.-
La mayor que hemos tenido nunca.
RANA.-
-¿Qué habrá sido del gusano loco?
SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
(Entra Escarabajo).
ESCARABAJO.-
-¿Sabéis algo del gusanito que tenía un sueño?
RANA y SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Yo no imagino nada. Soy un escarabajo y sólo miro hacia abajo.
RANA.-
Seguro que algún día, encontrarás su cuerpito enterrado en el barro.
ESCARABAJO.-
-¿Creéis que ha muerto?
RANA.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Precisamente por imaginar cosas ha muerto ese gusano. Lo mejor es tener siempre los pies en el suelo, y a ser posible también la cara.
SALTAMONTES.-
Cada uno debe conformarse con lo que le ha tocado en suerte.
RANA.-
La vida es como es, y ningún gusano la cambiará jamás.
(Escuchamos una risa de alegría).
(Volando sobre los tres personajes entra una Mariposa, que cuando habla, reconocemos por su voz que es el Gusanito que se ha transformado en mariposa).
MARIPOSA.-
-¡Puedo volar!, -¡ahora alcanzaré mi sueño!
RANA.-
-¡El gusano se ha vuelto mariposa!
ESCARABAJO.-
-¡Qué poca vergí¼enza!, si uno es gusano, siempre debe seguir siéndolo.
MARIPOSA.-
-¡Adiós amigos!, la montaña me espera. Un nuevo mundo se abre ante mi.
(Sale Mariposa).
ESCARABAJO.-
-¡No sigas adelante; volverás a morir!
RANA.-
Los jóvenes creen que con volar se arregla todo.
SALTAMONTES.-
-¡Si tienes los pies en el suelo, estarás siempre seguro!
(Una red inmensa atrapa a los tres personajes).
NIÑO.-
(En off).
Mamá, he atrapado a tres bichos.
MADRE.-
(En off).
-¿Y qué vas a hacer con ellos?
NIÑO.-
(En off).
Los meteré en una caja.
(Sale la red con los tres personajes).
MADRE.-
(En off).
-¡Bichos!, -¿cuándo sentarás la cabeza?
(La Mariposa atraviesa la escena y sale).
SALTAMONTES.-
Hola pequeño, -¿hacia dónde vas?
GUSANITO.-
Anoche tuve un sueño.
SALTAMONTE.-
No está mal para ser un gusano. -¿Y…?
GUSANITO.-
En el sueño estaba en lo alto de la gran montaña y veía todo el valle. Fue todo tan bonito, que he decido ir hasta la montaña y realizar mi sueño.
SALTAMONTES.-
Estás loco, pequeñajo; la gran montaña está muy lejos y tu eres diminuto.
GUSANITO.-
(Comienza a caminar de nuevo).
Llegaré si me esfuerzo lo suficiente.
SALTAMONTES.-
-¿No te das cuenta de que es imposible? Una simple piedra será una montaña inmensa y un agujero en el suelo será un valle imposible de cruzar.
GUSANITO.-
Tengo que intentarlo.
(Sale Gusanito).
SALTAMONTES.-
-¡Estás loco, gusano!
(El Saltamonte sale por el centro).
(Vuelve a entrar el Gusanito, lentamente).
ESCARABAJO.-
(En off, cuando Gusanito lleva un rato con su acción de avanzar).
-¿Se puede saber a dónde vas?
GUSANITO.-
Hacia la gran montaña.
(Entra el Escarabajo).
ESCARABAJO.-
La gran montaña, es muy grande y está lejos, muy lejos.
GUSANITO.-
Tuve un sueño y en él yo llegaba a la gran montaña.
ESCARABAJO.-
Los sueños, sueños son; gusano loco.
GUSANITO.-
Prefiero ser loco que estar todo el día con la cara hacia abajo. Adiós escarabajo.
(Sale Gusanito).
ESCARABAJO.-
-¿Y qué tiene de malo mirar hacia abajo? Así ves lo que está en el suelo.
(Mira en la dirección en la que salió el gusano).
Pobre gusanito loco.
(Sale por el centro).
(Entran una Rana y el Saltamontes).
RANA.-
No te puedo creer.
SALTAMONTES.-
Yo salto y salto, pero nunca miento, ni lo intento.
(Entra Gusanito, con su esfuerzo, y se le ve más cansado).
Mira, ahí viene.
RANA.-
(Que se acerca a Gusanito).
-¿Es cierto que quieres llegar a la gran montaña para poder ver todo el valle?
GUSANITO.-
Ese es mi sueño.
SALTAMONTES.-
-¿Está loco o no lo está?
RANA.-
Nunca llegarás. Eres más pequeño que yo y yo jamás lo he intentado.
GUSANITO.-
Y si no lo has intentado, -¿cómo sabes que no llegaré?
SALTAMONTES.-
-¿Te dije o no te dije?
RANA.-
No lo he intentado porque soy razonable.
GUSANITO.-
Dejadme. Es mi sueño.
(Sale Gusanito).
RANA.-
Mi sueño es comerme una mosca tan grande como un saltamontes.
SALTAMONTES.-
-¿No querrás comerme, verdad?
RANA.-
No eres una mosca.
SALTAMONTES.-
Pero soy tan grande como un saltamontes.
RANA.-
Porque eres un saltamontes.
SALTAMONTES.-
Como intentes comerme, te monto una plaga.
RANA.-
Me estás dando sueño.
SALTAMONTES.-
-¿También tu tienes un sueño?
RANA.-
(Qué ríe).
Esa si que es buena… -¡Un sueño!
SALTAMONTES.-
(Ríe. Imita al Gusanito).
Dejadme. Es mi sueño.
RANA.-
Que se convertirá en su pesadilla.
(Salen ambos con sus risas).
(Entra Gusanito que avanza por la escena hasta llegar al centro de la misma, lugar en el que se detiene un instante).
GUSANITO.-
Estoy muy cansado… Muy cansado. Debo seguir. Mi sueño es mío y prefiero morir antes que dejar de intentarlo.
(Sigue avanzando hasta que sale de escena).
(Durante un tiempo en el que la escena permanece vacía, suenan truenos y si existieran posibilidades técnicas la escena se iluminará, como si resplandecieran los rayos en ella).
(Entran Rana y Saltamontes).
RANA.-
-¡Menuda tormenta!
SALTAMONTES.-
La mayor que hemos tenido nunca.
RANA.-
-¿Qué habrá sido del gusano loco?
SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
(Entra Escarabajo).
ESCARABAJO.-
-¿Sabéis algo del gusanito que tenía un sueño?
RANA y SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Yo no imagino nada. Soy un escarabajo y sólo miro hacia abajo.
RANA.-
Seguro que algún día, encontrarás su cuerpito enterrado en el barro.
ESCARABAJO.-
-¿Creéis que ha muerto?
RANA.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Precisamente por imaginar cosas ha muerto ese gusano. Lo mejor es tener siempre los pies en el suelo, y a ser posible también la cara.
SALTAMONTES.-
Cada uno debe conformarse con lo que le ha tocado en suerte.
RANA.-
La vida es como es, y ningún gusano la cambiará jamás.
(Escuchamos una risa de alegría).
(Volando sobre los tres personajes entra una Mariposa, que cuando habla, reconocemos por su voz que es el Gusanito que se ha transformado en mariposa).
MARIPOSA.-
-¡Puedo volar!, -¡ahora alcanzaré mi sueño!
RANA.-
-¡El gusano se ha vuelto mariposa!
ESCARABAJO.-
-¡Qué poca vergí¼enza!, si uno es gusano, siempre debe seguir siéndolo.
MARIPOSA.-
-¡Adiós amigos!, la montaña me espera. Un nuevo mundo se abre ante mi.
(Sale Mariposa).
ESCARABAJO.-
-¡No sigas adelante; volverás a morir!
RANA.-
Los jóvenes creen que con volar se arregla todo.
SALTAMONTES.-
-¡Si tienes los pies en el suelo, estarás siempre seguro!
(Una red inmensa atrapa a los tres personajes).
NIÑO.-
(En off).
Mamá, he atrapado a tres bichos.
MADRE.-
(En off).
-¿Y qué vas a hacer con ellos?
NIÑO.-
(En off).
Los meteré en una caja.
(Sale la red con los tres personajes).
MADRE.-
(En off).
-¡Bichos!, -¿cuándo sentarás la cabeza?
(La Mariposa atraviesa la escena y sale).
Fin
GUIONES PARA TÍTERES: UNA NOCHE DE NAVIDAD
Este texto nos habla de una historia ocurrida en un establo hace
muchos años. Nos habla de un milagro, de pobres y usureros; también de soldados
de Tiberio César y de pastores. Un cuento sobre la solidaridad, recomendado
a partir de los 7 años.
Una noche de Navidad
Autor: José Luis García
Autor: José Luis García
(Tenemos a nuestra vista el
telón del teatro. Entra el Presentador delante de la cortina, que seguirá
cerrada hasta que se diga).
PRESENTADOR.-
Hace algunos días ha salido a la luz parte de la historia del origen de la Navidad. Llega al gran público la verdadera historia, esto es, que no había ni buey ni asno en el establo cuando sucedió el nacimiento de Jesús. Esto es tan cierto como que yo estoy aquí, pero hoy os presentamos en este teatro el resto de la historia, que nadie se ha atrevido a contar hasta hoy.
(El Presentador se agarra a uno de los extremos de la cortina).
-¡Que se abra el telón!
(El telón se abre hacia los lados y el Presentador sale cogido a la cortina, hacia la derecha, parece como si volara).
(En escena vemos un establo con María, José, Jesús recién nacido en un pesebre, un buey y un asno).
SOLDADO 1.-
(En off).
-¡Quitaos de en medio, pastores ignorantes!, -¡paso a los soldados del César!
(Entra Pastor a todo correr).
PASTOR.-
José, María… Debéis marcharos, llegan los soldados de Tiberio.
JOSÉ.-
-¿Qué quieren?
PASTOR 1.-
Están cobrando los impuestos, y como no tenemos dinero, se lo llevan todo.
(Entran dos soldados y un usurero/banquero).
SOLDADO 1.-
Si no pagáis los impuestos, nos lo llevaremos todo.
PASTOR.-
-¡Esto es un atraco!
SOLDADO 2.-
-¡Serás ignorante!, no es un atraco, es un embargo.
MARIA.-
Nuestro hijo acaba de nacer.
JOSE.-
Somos forasteros. Hemos venido para empadronar a nuestro hijo. -¿Debemos pagar impuestos por eso?
SOLDADO 2.-
Se pagan impuestos por todo.
PASTOR.-
Se roba para Tiberio.
AMBOS SOLDADOS.-
-¡Viva el César!
SOLDADO 2.-
(Al Pastor).
Como vuelvas a abrir la boca, te llevamos preso.
PASTOR.-
Si no abro la boca, -¿que abro?, -¿las orejas?
SOLDADO 2.-
No te hagas el listo.
PASTOR.-
Entonces, haré como si yo, fuera tu.
SOLDADO 2.-
-¿Eh?
BANQUERO.-
Este establo pertenece a unos pastores malolientes que se niegan a pagar los impuestos y los créditos de mis préstamos.
SOLDADO 1.-
Nos llevaremos el buey y el asno.
PASTOR.-
Esto es un atraco.
SOLDADO 2.-
Ya te he dicho que es un embargo, no un atraco; troglodita.
MARÍA.-
Pero, los animales nos dan calor.
BANQUERO.-
Por el calor también hay que pagar.
(Los dos soldados cogen al buey y al asno y salen con ellos).
BANQUERO.-
Pero esos animales no pagan mis intereses.
PASTOR.-
(Agarrando un garrote, apoyado hasta ahora en una de las paredes).
Te voy a pagar los intereses a estacazos.
BANQUERO.-
(Mientras sale a toda prisa).
-¡Soldados, socorro, soldados!
(Sale el Banquero, apresurado).
JOSÉ.-
La violencia no conduce a ningún lugar.
PASTOR.-
A ese banquero sí. Lo ha conducido fuera del establo.
(Desde lejos nos llega un barullo tremendo).
PRESENTADOR.-
Hace algunos días ha salido a la luz parte de la historia del origen de la Navidad. Llega al gran público la verdadera historia, esto es, que no había ni buey ni asno en el establo cuando sucedió el nacimiento de Jesús. Esto es tan cierto como que yo estoy aquí, pero hoy os presentamos en este teatro el resto de la historia, que nadie se ha atrevido a contar hasta hoy.
(El Presentador se agarra a uno de los extremos de la cortina).
-¡Que se abra el telón!
(El telón se abre hacia los lados y el Presentador sale cogido a la cortina, hacia la derecha, parece como si volara).
(En escena vemos un establo con María, José, Jesús recién nacido en un pesebre, un buey y un asno).
SOLDADO 1.-
(En off).
-¡Quitaos de en medio, pastores ignorantes!, -¡paso a los soldados del César!
(Entra Pastor a todo correr).
PASTOR.-
José, María… Debéis marcharos, llegan los soldados de Tiberio.
JOSÉ.-
-¿Qué quieren?
PASTOR 1.-
Están cobrando los impuestos, y como no tenemos dinero, se lo llevan todo.
(Entran dos soldados y un usurero/banquero).
SOLDADO 1.-
Si no pagáis los impuestos, nos lo llevaremos todo.
PASTOR.-
-¡Esto es un atraco!
SOLDADO 2.-
-¡Serás ignorante!, no es un atraco, es un embargo.
MARIA.-
Nuestro hijo acaba de nacer.
JOSE.-
Somos forasteros. Hemos venido para empadronar a nuestro hijo. -¿Debemos pagar impuestos por eso?
SOLDADO 2.-
Se pagan impuestos por todo.
PASTOR.-
Se roba para Tiberio.
AMBOS SOLDADOS.-
-¡Viva el César!
SOLDADO 2.-
(Al Pastor).
Como vuelvas a abrir la boca, te llevamos preso.
PASTOR.-
Si no abro la boca, -¿que abro?, -¿las orejas?
SOLDADO 2.-
No te hagas el listo.
PASTOR.-
Entonces, haré como si yo, fuera tu.
SOLDADO 2.-
-¿Eh?
BANQUERO.-
Este establo pertenece a unos pastores malolientes que se niegan a pagar los impuestos y los créditos de mis préstamos.
SOLDADO 1.-
Nos llevaremos el buey y el asno.
PASTOR.-
Esto es un atraco.
SOLDADO 2.-
Ya te he dicho que es un embargo, no un atraco; troglodita.
MARÍA.-
Pero, los animales nos dan calor.
BANQUERO.-
Por el calor también hay que pagar.
(Los dos soldados cogen al buey y al asno y salen con ellos).
BANQUERO.-
Pero esos animales no pagan mis intereses.
PASTOR.-
(Agarrando un garrote, apoyado hasta ahora en una de las paredes).
Te voy a pagar los intereses a estacazos.
BANQUERO.-
(Mientras sale a toda prisa).
-¡Soldados, socorro, soldados!
(Sale el Banquero, apresurado).
JOSÉ.-
La violencia no conduce a ningún lugar.
PASTOR.-
A ese banquero sí. Lo ha conducido fuera del establo.
(Desde lejos nos llega un barullo tremendo).
SOLDADO 1.-
-¡No quiero volverlo a repetir!, -¡abrid paso!
VARIOS PASTORES.-
-¿Y entonces por qué lo repites, cabezón?
(El barullo aumenta).
(Entra Pastora, apresurada).
PASTORA.-
Los soldados vienen a echaros de aquí. Dicen que el establo servirá para pagar parte de los intereses de lo que le debemos al banquero.
MARÍA.-
-¿Dónde iremos, entonces?
(Entran los dos soldados y el banquero).
SOLDADO 1.-
-¡Paso a los soldados de Tiberio César!
PASTOR.-
-¡Querrás decir, Tiburro César!
SOLDADO 2.-
-¡No es Tiburro, asno, es Tiberio, zoquete!
PASTOR.-
-¡Ave, a los soldados de Tiberio Zoquete!
(Los dos soldados desenvainan sus espadas y persiguen al Pastor dando mandobles sin ton ni son; el Pastor corre por todo el establo; uno de los soldados le da con la espada al banquero, que cae al suelo).
BANQUERO.-
-¿Serás zoquete?
SOLDADO 2.-
-¡No empieces tu también!
SOLDADO 1.-
(Deteniéndose).
-¡Basta!, todos fuera de aquí o llamo al Escuadrón.
MARÍA.-
-¿Qué es el Escuadrón?
PASTOR.-
Un montón de soldados dirigidos por un cabezón.
(Los dos soldados elevan sus espadas al cielo).
SOLDADO 1.-
-¡La furia de la ley caerá sobre vosotros!
(Jesús, en su pesebre, levanta un poco su cabecita).
JESÚS.-
Ji… ji…
SOLDADO 2.-
-¿Y éste de qué se ríe?
(El recién nacido mueve una de sus manos en dirección a los dos soldados y el banquero).
(Se escucha una tremenda explosión y cuando se disipa el humo producido, vemos en el lugar en el que estaban los soldados y el banquero, a tres cerdos).
SOLDADO 2.-
(Como cerdo).
Oye banquero, se te ha puesto cara de cochino.
BANQUERO.-
(También como cerdo, claro).
Pues tu tienes cara de gorrino.
SOLDADO 1.-
(Evidentemente, también como cerdo).
-¿Qué cochinada es ésta?
MARÍA.-
(A Jesús).
No hijo, aún no es el momento de que hagas milagros.
(El recién nacido, vuelve a mover sus manos en dirección a los gorrinos, y éstos dejan de hablar y comienzan a emitir el clásico “oink, oink” que hace todo cerdo que se precie).
PASTOR.-
Así está mejor, si señor.
PASTORA.-
Será mejor que nos llevemos a estos cochinos a otro establo, no vaya a ser que los embarguen también.
PASTOR.-
(Con el garrote en la mano).
-¡Vamos cochinos!
(Y con su práctica pastoril, Pastor y Pastora salen con los tres cerdos).
JOSÉ.-
-¿Qué hacemos ahora?
MARÍA.-
Abrigar bien al niño, que ésta será una noche bien fría.
(Se cierran las cortinas del teatro y entra también el Presentador, colgado en ellas).
PRESENTADOR.-
Y esta pudo ser la historia. Poco más o menos, más; o poco más o menos, algo menos. Ser pobres es algo malo, aunque vivir bajo el yugo de los poderosos siempre será mucho peor.
Os deseo que siempre os acompañe el espíritu de la Navidad y os ayude a sonreír en el calor de vuestros hogares.
-¡Feliz Navidad!
(Sale el Presentador).
-¡No quiero volverlo a repetir!, -¡abrid paso!
VARIOS PASTORES.-
-¿Y entonces por qué lo repites, cabezón?
(El barullo aumenta).
(Entra Pastora, apresurada).
PASTORA.-
Los soldados vienen a echaros de aquí. Dicen que el establo servirá para pagar parte de los intereses de lo que le debemos al banquero.
MARÍA.-
-¿Dónde iremos, entonces?
(Entran los dos soldados y el banquero).
SOLDADO 1.-
-¡Paso a los soldados de Tiberio César!
PASTOR.-
-¡Querrás decir, Tiburro César!
SOLDADO 2.-
-¡No es Tiburro, asno, es Tiberio, zoquete!
PASTOR.-
-¡Ave, a los soldados de Tiberio Zoquete!
(Los dos soldados desenvainan sus espadas y persiguen al Pastor dando mandobles sin ton ni son; el Pastor corre por todo el establo; uno de los soldados le da con la espada al banquero, que cae al suelo).
BANQUERO.-
-¿Serás zoquete?
SOLDADO 2.-
-¡No empieces tu también!
SOLDADO 1.-
(Deteniéndose).
-¡Basta!, todos fuera de aquí o llamo al Escuadrón.
MARÍA.-
-¿Qué es el Escuadrón?
PASTOR.-
Un montón de soldados dirigidos por un cabezón.
(Los dos soldados elevan sus espadas al cielo).
SOLDADO 1.-
-¡La furia de la ley caerá sobre vosotros!
(Jesús, en su pesebre, levanta un poco su cabecita).
JESÚS.-
Ji… ji…
SOLDADO 2.-
-¿Y éste de qué se ríe?
(El recién nacido mueve una de sus manos en dirección a los dos soldados y el banquero).
(Se escucha una tremenda explosión y cuando se disipa el humo producido, vemos en el lugar en el que estaban los soldados y el banquero, a tres cerdos).
SOLDADO 2.-
(Como cerdo).
Oye banquero, se te ha puesto cara de cochino.
BANQUERO.-
(También como cerdo, claro).
Pues tu tienes cara de gorrino.
SOLDADO 1.-
(Evidentemente, también como cerdo).
-¿Qué cochinada es ésta?
MARÍA.-
(A Jesús).
No hijo, aún no es el momento de que hagas milagros.
(El recién nacido, vuelve a mover sus manos en dirección a los gorrinos, y éstos dejan de hablar y comienzan a emitir el clásico “oink, oink” que hace todo cerdo que se precie).
PASTOR.-
Así está mejor, si señor.
PASTORA.-
Será mejor que nos llevemos a estos cochinos a otro establo, no vaya a ser que los embarguen también.
PASTOR.-
(Con el garrote en la mano).
-¡Vamos cochinos!
(Y con su práctica pastoril, Pastor y Pastora salen con los tres cerdos).
JOSÉ.-
-¿Qué hacemos ahora?
MARÍA.-
Abrigar bien al niño, que ésta será una noche bien fría.
(Se cierran las cortinas del teatro y entra también el Presentador, colgado en ellas).
PRESENTADOR.-
Y esta pudo ser la historia. Poco más o menos, más; o poco más o menos, algo menos. Ser pobres es algo malo, aunque vivir bajo el yugo de los poderosos siempre será mucho peor.
Os deseo que siempre os acompañe el espíritu de la Navidad y os ayude a sonreír en el calor de vuestros hogares.
-¡Feliz Navidad!
(Sale el Presentador).
FIN